viernes, 20 de junio de 2008

Dentro de cien años todos calvos


Aunque parezca mentira es un pensamiento que me da aliento para aceptar, o debiera decir, aguantar, las personas y sus egolatrías contínuas.

Bajo mi modo de ver el mundo, siempre siendo víctima de las invasiones externas, porque es la realidad, pienso que a veces la gente en general, por darse importancia a sí misma, o lo que yo digo, por intenter parecer ante sí mismos como lo que no son, por lavar sus complejos y sus frustraciones, es capaz de machacar a cualquiera con el único objetivo de llegar a su casa y decirse ante el espejo: YO soy superior, YO valgo más, YO mando, YO soy más importante...

Cuando me siento invadida por alguna de estas peligrosas personas, que son muchísimas las que andan sueltas por ahí, procuro llevar a mi mente el pensamiento que siempre me salva la vida: DENTRO DE CIEN AÑOS TODOS CALVOS.

¿Te parece absurdo? Pruébalo antes de valorar si lo es o no.

Cuando te hable ese amigo envidioso, ese jefe acomplejado, ese vecino miserable. Piensa en esto.

A quién le importará dentro de cien años, cuando estemos todos muertos, lo que un subnormal te escupiera en el rellano de la escalera y lo que tantos gritos pueda haber causado en su momento deja de tener importancia alguna. A quien le importará dentro de cien años aquel estupido debate sobre un detalle sin importancia de la rutina diaria y que ocasionó perder una mañana de trabajo y se volvió una gran disputa.

¿QUÉ IMPORTARÁ REALMENTE DENTRO DE CIEN AÑOS?
Lo que viviste, lo que sentiste, lo que hiciste sentir. Si amaste, si te amaron, si robaste una sonrisa o aquellas veces que protegiste con tu sacrificio, con tu propia vida a aquellos seres a los que amas.

Únicamente el amor sobrevive. El amor llevado a todos sus matices. El amor a la pareja, el amor a los padres, el amor a la familia, el amor a tus animales a la naturaleza, a tus amigos.... sobre todo el amor que das, aunque también el que recibes.

Deberíamos de intentar dejar al ego en su lugar e intentar que no rigiera nuestras vidas. Dejar a un lado el afán de protagonismo y aparcar el YO para tomar el mejor vehículo para nuestro viaje. El AMOR.

Nadie dijo que era una tarea fácil, pero puede lograrse. De modo que recuerda, si algo te invade de un modo corrosivo que te hace daño, sácalo de tus adentros y piensa: DENTRO DE CIEN AÑOS TODOS CALVOS, y verás como el dolor desaparece.

Hasta pronto.

La voz anónima del camino a la nada.

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