viernes, 20 de junio de 2008

¿Corderos? Noooo, son diablos


Hoy voy a escribir de nuevo porque estoy indignada, y al menos a ti, lector invisible, te lo tengo que contar.

Resulta que conozco a una persona, que por supuesto amiga mía no es, que ahora es la encargada en una empresa de seleccionar, redactar, editar... contenidos para autoyuda, relajación, meditación, educación en valores... todo ello muy solidario y de cristianos fundamentos, aparentemente.

Quiero hacerte caer en la cuenta de la clase de personas que nos venden los lotes de instrucciones para el buen comportamiento, las numerosas recopilaciones de buenas intenciones y las cajitas rojas llenas de paz y amor. Esta mujer se dedica a envasarlas al vacío y a venderlas al mejor estilo "marketiniano", pero desde luego predicar con el ejemplo, no es su fuerte.

La susodicha buena samaritana ha hecho todo lo posible por eliminar de su camino a las personas que, en la empresa donde ella trabaja ahora, la molestaban y a aquellas que resultaban obstáculos en su camino al estrellato. Ha difamado a todo aquel que se oponía a cualquier cosa que a ella se pasara por la cabeza. Se a acostado con el director, le ha sacado un divorcio, un matrimonio, un hijo y ahora es la directora, además de la exposa del director de otro departamento y ha conseguido lo que quería, ser LA MUJER INTOCABLE, con buen sueldo, sin oposición y sigue vendiendo cuentos.

Por ello no debería de sorprenderte mi hastío, mi desánimo, cuando al leer sus textos llenos de maravillosas recomendaciones, cargados de valores y enseñanzas, de loables moralejas, que ni Calleja, hubiera podido escribir mejor.

Así que como estoy harta de mentiras e injusticias denuncio aquí un ejemplo más de lo que está pasando en esta sociedad podrida. Una sociedad en la que los malos siempre van al cielo y los buenos... ni van.

De modo que me pregunto si siempre el fin justifica los medios o ¿Acaso el diablo es menos diablo si vende los Sagrados Evangelios?

La voz anónima del camino a la nada.

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